Por Brenda Reyes Tomassini – Ya se acerca el regreso a clases. Entre las lluvias que tuvimos este verano que imposibilitaron muchas actividades y el ajetreo que implica el cuido de los niños cuando están libres, estas semanas se me han ido en un abrir y cerrar de ojos. Ya los libros, libretas y materiales fueron adquiridos y los chicos están armados hasta los dientes para ese primer día de clases. Sin embargo, la transición de un horario de verano al horario escolar puede ser la pesadilla de cualquier padre. En verano se acuestan un poco tarde y por ende duermen hasta más tarde. ¡Y ni hablar de los adolescentes! ¡Mi hija mayor parece un búho!

Con esto en mente las próximas dos semanas que se avecinan serán de ajuste al reloj escolar.  En casa por regla general mamá se levanta a las 4:50am, hora a la que parto a correr o al gimnasio para una hora de ejercicio.  Esa hora es sagrada para mí y es la que utilizo para recargar las baterías para enfrentar el día.  Papá está encargado de levantarlos a las 6:00am.  A esa hora comienza el desfile al baño y cuando mamá hace su entrada triunfal por la puerta a las 6:40am ya saben que la hora de partir es en menos de una hora.  Para agilizar la rutina preparamos los bultos y las loncheras la noche antes al igual que sacamos la ropa. Los uniformes son lavados y planchados en el fin de semana lo que nos permite tenerlos organizados durante la semana.  Sin embargo ningún plan es perfecto y hay días que es inevitable toparnos con algo que nos saque de carrera.  Por tal razón he decidido alternar dos días de gimnasio para las tardes (lunes y viernes) a fin de tener mayor tiempo para lidiar con emergencias de último minuto, ¡cuyo día favorito suele ser los lunes!

Para ayudar a los niños a hacer la transición de verano a la vuelta a clases, hemos planificado un fin de semana de playa a modo de “cierre oficial del verano”.  También hemos sacado espacio para visitar a la doctora, la dentista e ir a recortarlos con el fin de prepararlos para el primer día de clases.  Involucrarlos en tareas como forrar los libros y libretas, identificar los libros con adhesivos personalizados y compra de meriendas es una buena alternativa para entusiasmarlos con la llegada a un nuevo año escolar.  Designar un área de estudios en el hogar es sumamente importante para ayudarlos a obtener un buen rendimiento durante el semestre.  Esta área debe estar libre de distracciones. De igual forma es esencial establecer las reglas sobre los horarios del semestre escolar en cuanto al uso del teléfono, la computadora y las salidas (en el caso de los grandecitos)  Esto evitará malos entendidos y situaciones difíciles.  Los arreglos de quien los busca en el colegio y estudios supervisados deben ser hechos con anterioridad ya que eso nos ayuda a todos una mejor organización en las tardes y a detectar problemas, si hubiese alguno, en el ámbito de estudios.  Tener dinero en billetes de $1 resulta siempre conveniente para contribuciones de último minuto y almuerzos.  A mi hija mayor trato de darle el dinero un día específico de la semana y ella debe rendirlo.

Sin embargo hay veces que por más que tratemos de prepararnos y prepararlos, ellos tienen miedos y ansiedades que tenemos que manejar antes que llegue el día que entren a su nuevo salón.  Sea miedo a separarse por que es la primera vez que van a la escuela o por que vayan a una nueva escuela, tenemos que tomar estos factores en consideración antes de que inicien su nuevo curso.  Lino, mi hijo menor, a expresado un poco de miedo por su nueva aventura en el kinder. Cuando le pregunte la razón, me indica que “la escuela no le gustaba por que tenia que estar muchas horas”. Le aseguré que ya no tendría que dormir siestas (las cuales odiaba en pre-pre y pre-kinder) y que su mejor amigo Alejandro, ira al salón con él. Imagino que tan pronto entre por la puerta de su nuevo salón en varias semanas el verano será una memoria distante y estará curioso por adentrarse en las aventuras que le esperan en este año escolar.