¡Increíble pero cierto – lo logramos!

Once días atrás nuestra familia – que incluye a nuestros chicos de 8, 14 y 17 años – decidió hacer un compromiso de 10 días sin ingerir azúcar refinada ni comidas procesadas.   Les confieso que 11 días atrás cuando nos preparábamos para este reto, no estaba segura si saldríamos airosos, ya que sabía que las tentaciones, especialmente para los nenes, serían muchas. Honestamente, tampoco estaba muy convencida que los nenes estarían realmente dispuestos a mantenerse comprometidos por un total de 10 días sin mantecado, dulces, y muchos otros gustitos más que les gusta darse durante la semana.  Pero mis amigos, lo lograron y lo logramos.

Tengo que decirles que me siento tan orgullosa de los nenes.  Orgullosa no sólo porque hayan mantenido el compromiso, si no porque se mantuvieron envueltos en el proceso, y en todo momento los veía bien pendientes de todo lo que comían para asegurarnos como familia que lográbamos el reto juntos.

Que tuvimos nuestras tentaciones, ¡pues claro (sólo pregúntele a nuestra chica de 14)! Pero al final del día, cómo les dijo el papá de los nenes ayer (y a quien le agradezco de corazón todo su apoyo), fue más fácil de lo que esperábamos.

Y como ya les habías contado, entrar en este proceso no fue algo que decidimos de la noche a la mañana, si no una decisión tomada después de muchos meses de haber comenzado a hacer cambios pequeños en nuestra dieta diaria.

Habiendo dicho esto, en estos 10 días aprendimos varias lecciones importantes que hoy, ya habiendo finalizado esta aventura, queremos compartir con ustedes:

Preparación: Si tengo que escoger cual fue la lección MÁS importante en este proceso, la contestación definitiva es que la clave está en la ¡PREPARACIÓN! Comer saludable es fácil, pero definitivamente toma organización y tener seleccionado el menú de la semana y estar dispuesto a dedicarle un poquito más de tiempo a la cocina.  He aprendido que hay MUCHAS recetas que uno puede preparar en el fin de semana y tenerlas listas para los almuerzos y hasta las cenas.  O recetas que se preparan en la olla de cocina lenta (slow cooker) que son súper fáciles de hacer.  O sea, que al final del día, ni siquiera hay que dedicarle mucho más tiempo a la cocina, pero si hay que planificar para no estar a las seis de la tarde viendo a ver que vamos a comer y con la nevera vacía.  Algo chulo que salió de esta experiencia fue, que antes de comenzar el pledge le pedí a los tres nenes a que buscaran dos recetas cada uno que querían comer durante los próximos 10 días.  Me encantó verlos meterse en la computadora a cada uno e identificar sus recetas y después ver durante la semana como había quedado cada una.  Claro, esto no es posible con los nenes más chiquitos, pero aún los de tres y cuatro añitos pueden mirar libros de recetas con mamá y/o papá y pueden participar preparando la comida.

Pequeños Cambios Hacen una GRAN Diferencia: Hace varios años atrás fui a mi doctora luego de varios mareos y me diagnosticaron hipoglicemia.  En aquel momento me dijeron que tenía que hacer cambio mayores a mi dieta.  Me dijeron “tienes que dejar el arroz blanco, la pasta regular, los dulces, los cereales con azúcar, etc. etc. etc.”  Recuerdo haber llegado a mi casa y sentirme que los cambios que me pedían eran demasiados y todos a la vez.  Y el resultado fue que no hice cambio alguno.  Y así pasaron años.  Cuando finalmente tome la decisión de comenzar a leer más sobre toda esta revolución de comida saludable, empecé a leer artículos en diferentes portales y a leer libros sobre el tema y me di cuenta que no hay que hacer cambios de todo a la vez y que aún los cambios más pequeños hacen diferencia.  Algunos ejemplos de cambios que pueden tratar hoy mismo son:

  • Cambiar de granos y pastas refinadas a integrales:  muchas personas me dicen que el sabor de las pasta/arroz integral es tan diferente que es un cambio muy difícil.  CREANME que los entiendo porque a mi me tomó tiempo, pero es cuestión de acostumbrar el paladar.  Según había mencionado hacía unos días, nosotros todavía estamos haciendo el cambio a arroz integral.  Pero poco a poco uno se acostumbra y, aunque al final del camino la meta es no comer tanto carbohidrato ya que los carbohidratos se convierten en azúcar – al menos cuando uno los ingiere es mucho mejor que sean integrales a que sean refinados.  Otro cambio en este área es sustituir las pastas y el arroz por granos como el quinoa el cual tiene muchos beneficios.
  • Comprar pan integral hecho con no más de cinco ingredientes: Ningún pan debe de tener más de cinco ingredientes.  Si buscan cualquier receta de pan, hacer un pan básico requiere – harina, agua, sal, y levadura.  Sin embargo, si miran la lista de ingredientes en los panes que venden en el colmado, encontrarán que, en su gran mayoría, éstos tienen docenas de ingredientes, y muchos de ellos ni se pueden pronunciar. En Puerto Rico hay varias buenas panaderías que venden panes artesanales hechos en “casa” y son una mejor opción.
  • Comprar leche orgánica: El tema de la leche es uno al cual le podemos dedicar  fácilmente tres artículos y el cual no he discutido en estos 10 días.  Ahora, sí les comparto que en casa tomamos leche orgánica entera.  ¿Porqué orgánica y porqué entera? Orgánica porque es la única manera de asegurarnos que la leche es de vacas que no han ingerido antibióticos ni hormonas y que no han sido alimentadas con una dieta basada en maíz.  Y leche entera ya que la leche entera es más nutritiva (aunque tiene más grasa).  Aquí les comparto la explicación exacta (en inglés) de parte del autor Michael Pollan sobre el proceso requerido para producir leche baja en grasa o sin grasa y el cual explica porqué es recomendable evitar la leche baja en grasa. “To make dairy products low fat, it’s not enough to remove the fat. You then have to go to great lengths to preserve the body or creamy texture by working in all kinds of food additives. In the case of low-fat or skim milk, that usually means adding powdered milk. But powdered milk contains oxidized cholesterol, which scientists believe is much worse for your arteries than ordinary cholesterol, so food makers sometimes compensate by adding antioxidants, further complicating what had been a simple one-ingredient whole food. Also, removing the fat makes it that much harder for your body to absorb the fat-soluble vitamins that are one of the reasons to drink milk in the first place.” – Michael Pollan.  Habiendo dicho todo esto, hay muchos artículos que recomiendan el cambio de leche de vaca a leche de almendra o leche de soya.  Nosotros lo hemos considerado pero por el momento nuestro cambio se ha limitado a cambiar de tomar leche sin grasa a leche orgánica entera.
  • Utilizar aceites que no sean refinados, como el aceite de oliva y aceite de coco: Este es otro tema al cual se le podrían dedicar varios artículos.  Pero en resumen, es recomendable evitar aceites refinados como el aceite de canola, vegetal o de maíz dado a que son aceites procesados y que contienen químicos.  Es preferible utilizar aceites como el aceite de coco (el cual tiene una gran cantidad de beneficios) y aceite de oliva, entre otros.  Para más información sobre este tema pueden leer este artículo de 100daysofrealfood.
  • Leer los ingredientes:  Hace varios días hablamos en detalle sobre este tema en nuestro blog del día número seis.  Cuando la mayoría de las personas leen la etiqueta de un producto enlatado, de bolsa, botella o de caja, usualmente se enfocan en la cantidad de calorías, de azúcar y de sal y carbohidratos que éstos tienen.  Mientras eso no deja de ser importante, entiendo que es aún MÁS importante leer los ingredientes.  NO TODAS LAS CALORÍAS SON IGUALES.  Comerse 100 calorías en papitas de bolsa es mucho peor que 300 calorías de almendras. Es importante que poco a poco vayamos entendiendo las diferencias en las grasas y/o calorías “buenas” y las “malas” para poder tomar mejores decisiones en nuestra dieta.
  •  Comer muchos vegetales y frutas: El mejor consejo que les puedo dar es, que dentro de lo que puedan, aumenten su consumo de frutas y vegetales.  Desde batidas de frutas naturales  hasta ensaladas y platos que incluyan muchos vegetales, ese es el mejor cambio que cualquiera puede hacer en su dieta.
  • En algunos casos, es recomendable comprar productos orgánicos:  Aún cuando puedan haber escuchado lo contrario, no siempre hay que consumir productos orgánicos pero en algunos casos, como el de la leche o de lácteos y de algunos vegetales y frutas, es recomendable. Sobre este tema pueden leer en nuestro blog del día cinco.
  • 56namesofsugar copyDentro de lo posible, utilicen endulzadores naturales en vez de artificiales:  Como ya les contó ayer el papá de los nenes, uno de los cambios grandes que vamos a hacer como consecuencia de esta aventura es dejar de echarle azúcar al café y mejor endulzarlo con miel.  Además, en recetas como la avena, en vez de utilizar azúcar lo estamos endulzando con un poco de maple syrup.  Lo más importante es que entiendan que el azúcar tiene muchos otros nombres.  Aquí les incluimos una infográfica de veganintheapple.blogspot.com que incluye otros nombres que se encuentran en los ingredientes de los productos que compramos y que no son otra cosa que azúcar.  Por tanto, recuerden que si tienen que usar endulzantes, dentro de lo que puedan, utilicen endulzadores naturales como la miel y el maple syrup orgánico.

Buscar alternativas de Recetas Hechas en Casa:  Uno de los cambios más grandes que hemos hecho en casa es reemplazar comidas que antes comprábamos ya preparadas y buscar las recetas para prepararlas en casa.  Ejemplos básicos son los famosos chicken nuggets y el Mac ‘N Cheese.  ¿Qué es un poquito más de trabajo?, lo es, pero los beneficios a la salud son gigantescos.

ÑAPA:  La ñapita que les comparto es que en la vida lo importante es alcanzar un balance y hacer todo en moderación, especialmente cuando uno tiene niños.  Si fuese por mí, mi chiquito jamás comería dulces, pero esto no es realista – al menos no ahora mismo.  Por tanto, lo más importante es concientizar a los nenes sobre los beneficios de comer saludable, enseñarles a leer los ingredientes (cuando ya son un poquito más grandes), y dejarlos disfrutar de su dulce de vez en cuando.

vieiras

¡Hoy no podemos completar nuestro blog sin compartir las recetas de nuestro día final :)!  El desayuno consistió de avena, batida de frutas y tostada con mantequilla de almendras y miel.  Para el almuerzo repetimos la receta del wrap de garbanzos con curry que hicimos el día que fuimos a la playa.  A la verdad que de lo más rica.  Y para cerrar con broche de oro, de cena preparamos unas vierias (scallops) con quinoa, espárragos, snow peas, pimiento rojo y perejil.  Abajo la receta.

Finalmente, aprovechamos para agradecerles todo el apoyo en estos 10 días. Definitivamente valió la pena. Mi chiquito aprendió a comer camarones, vieras, espárragos (los cuales probó aunque no creo que los repita por ahora ;)). Esta mañana le pregunté al chiquito de casa, “¿bebé que fue lo más que te gusto de este proceso?” y me dijo “mamá me gusto tratar comidas nuevas” ¡¡WOW!! definitivamente, y como les dije el otro día, ¡valió la pena!

Toasted Quinoa Salad with Scallops & Snow Peas (cortesía de

  • 12 ounces dry sea scallops, cut into 1/2-inch pieces, or dry bay scallops (see Note)
  • 4 teaspoons reduced-sodium tamari, or soy sauce, divided
  • 4 tablespoons plus 2 teaspoons canola oil, divided
  • 1 1/2 cups quinoa, rinsed well (see Tip)
  • 2 teaspoons grated or minced garlic
  • 3 cups water
  • 1 teaspoon salt
  • 1 cup trimmed and diagonally sliced snow peas, (1/2 inch thick)
  • 1/3 cup rice vinegar
  • 1 teaspoon toasted sesame oil
  • 1 cup thinly sliced scallions
  • 1/3 cup finely diced red bell pepper
  • 1/4 cup finely chopped fresh cilantro, for garnish
 Instrucciones
  1. Toss scallops with 2 teaspoons tamari (or soy sauce) in a medium bowl. Set aside.
  2. Place a large, high-sided skillet with a tight-fitting lid over medium heat. Add 1 tablespoon canola oil and quinoa. Cook, stirring constantly, until the quinoa begins to color, 6 to 8 minutes. Add garlic and cook, stirring, until fragrant, about 1 minute more. Add water and salt and bring to a boil. Stir once, cover and cook over medium heat until the water is absorbed, about 15 minutes. (Do not stir.) Remove from the heat and let stand, covered, for 5 minutes. Stir in snow peas, cover and let stand for 5 minutes more.
  3. Meanwhile, whisk 3 tablespoons canola oil, the remaining 2 teaspoons tamari (or soy sauce), vinegar and sesame oil in a large bowl. Add the quinoa and snow peas, scallions and bell pepper; toss to combine.
  4. Remove the scallops from the marinade and pat dry. Heat a large skillet over medium-high until hot enough to evaporate a drop of water upon contact. Add the remaining 2 teaspoons canola oil and cook the scallops, turning once, until golden and just firm, about 2 minutes total. Gently stir the scallops into the quinoa salad. Serve garnished with cilantro, if desired.