Por Pamy Rojas  Coordenadas: 18°17′42″N 66°52′43″O Lo han querido bautizar de muchas maneras, Ciudad de los cielos abiertos, por mencionar solo una. Sin embargo, Lares es y será siempre el pueblo del Grito y de Los Patriotas. El pueblo donde se inició la revolución puertorriqueña el 23 de septiembre de 1868. La historia es imborrable.

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A la orilla de la carretera #129 se estacionan los vianderos. Foto: Pamy Rojas

Localizado en el centro de la isla, Lares está rodeado por Camuy al norte; Yauco y Maricao al sur; San Sebastián y la Marías al oeste; y Hatillo y Utuado al este. Este pueblo de la Cordillera Central tiene un territorio mayormente escarpado. Desde la carretera #129 de Arecibo a Lares se pueden observar el casco urbano, la iglesia y las casas acomodadas holgadamente sobre la cima de la montaña. Este pueblo de treinta y cinco mil habitantes, además de su rica historia, cuenta con muchos lugares para visitar.

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La charca el Mangó está localizada en el barrio Limaní. Foto: Pamy Rojas

La charca escondida

La charca Limaní es el secreto mejor guardado por los lareños y adjunteños. Para llegar a la charca, localizada en el barrio Limaní, hay que conocer los recovecos de Lares y además los de Adjuntas; porque este diminuto paraíso está literalmente fuera de cualquier mapa. También conocida como el charco del Mangó, esta piscina de agua helada (la temperatura puede ser diferente para quienes no la frecuentamos mucho), es el lugar predilecto de los adolescentes antes, durante y después de clases. Por generaciones, los jóvenes del vecindario, y los que no viven tan cerca, se dan cita en el cristalino charco para disfrutar de un gran chapuzón. Amarrada a un árbol hay una soga solitaria, a la cual los jóvenes se aferran para balancearse y tirarse al agua cual si fueran hombres de la selva.

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Tirarse de las piedras y caer en el charco es toda una experiencia liberadora. Foto: Pamy Rojas

Para quienes no hemos tenido el privilegio de criarnos en el campo, el disfrute de tirarse de las piedras y caer en las aguas del charco, es toda una experiencia, no solamente extremadamente refrescante, sino absolutamente liberadora.  Caer en las aguas gélidas de la poza hace que cualquiera se despoje de preocupaciones, inhibiciones y estrés. El grito al tocar agua es inevitable. Quien mejor pudo describir la sensación fue uno de mis sobrinos: “Es como si miles de alfileres te hincaran por toda la piel y después no sientes nada…” Por eso, hay que gritar al hacer contacto con el agua, es parte del despojo.

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Antes de tirarse de cabeza a la charca hay que cerciorarse de su profundidad. Foto: Pamy Rojas

Cerca de Lares, el conuco

Salimos de la charca y el hambre apretó. Tomamos la ruta hacia la carretera 111 de Lares a San Sebastián, donde nos encontramos con el Conuco de Cuca en el barrio Eneas. Como habíamos decidido apagar el aire acondicionado del auto, para disfrutar de la brisa pura del campo, cuando llegamos al mesón, rápidamente nos dio ese aroma sin igual del sofrito hecho en casa. Allí nos recibió Rosa Amelia Soto, a quienes los lugareños conocen como Cuca. Esta mujer alta, de pelo blanco y ojos claros emana la hospitalidad y familiaridad de los pueblos pequeños.  El menú es criollo, de pura fonda puertorriqueña. Fricasé de conejo o de cabrito con arroz junto con habichuelas blancas, sancocho con tostones, gandinga con arroz blanco o bistec encebollado con arroz blanco también y habichuelas coloradas por el lado. Las chuletas o la carne frita nunca faltan porque son las más solicitadas. De postre, aquí hacen la mejor mazamorra. Este dulce de maíz se decía que era la comida de los pobres. Luego de almorzar decidimos llegar hasta la Plaza de la Revolución.

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Busto del caborrojeño, Ramón Emeterio Betances, a quien se le considera El Padre de la Patria. Foto: Pamy Rojas

La Plaza de la Revolución

Sentarse bajo la sombra de un árbol y saborear la historia de la Plaza de la Revolución es esencial. El busto de Ramón Emeterio Betances, político, escritor y médico puertorriqueño, líder del movimiento independentista revolucionario del país, se encuentra en el centro de la Plaza mirando al sur. Frente al busto de Betances se encuentra el mosaico Homenaje al Grito de Lares, creado por el artista Elizam Escobar, que demarca la ruta de la Revolución. Por otro lado, se dice que el árbol de tamarindo que se encuentra al lado derecho del mosaico fue sembrado por Pedro Albizu Campos. La historia de Lares y de Puerto Rico circunda cada esquina de esta plaza y por cada rincón del pueblo.

Gastronomía:

El Conuco de Cuca

Lugares de interés:

Ruta para llegar a la charca Limaní – Tomar la carretera 129 en ruta hacia Adjuntas/Castañer. – En la intersección seguir por la 135 hacia Castañer. – Al llegar a la PR 525 doblar a la izquierda. – Pasar frente a la Estación Experimental de la Universidad de Puerto Rico. – Seguir 200 a 300 metros y tomar el camino a la derecha. – Luego de 100 metros, entrar por un camino en tierra a la izquierda. – Continuar el camino unos 150 metros y se ve la charca a la izquierda. Nota: escrito y fotografias pertencen a Pamy Rojas. ¡Pueden leer más blogs escritos por Pamy Rojas en su su página de web Dejavutravelpr.com!