Por Kirine Báez-Rossi para Quehagoconlosnenes.com

WaterMarkSin lugar a dudas, estar todo un día en el pediatra es una experiencia agotadora. Hasta el padre más jovial se drena después de estar cuatro o cinco horas con un chiquitín enfermo en la sala de espera del doctor. Sin embargo, con un poquitín de creatividad y previsión, incluso una actividad tan prolongada e ingrata, puede convertirse en un rato memorable para la familia.

¿Te suena imposible? A mí también. Sin embargo, un día decidí mirar las cosas desde otro punto de vista; de golpe y porrazo. Me propuse encontrar la forma en que las visitas al pediatra fueran algo entretenido para todos ¡y eso me incluía a mí!

Lo primero que nos puede ayudar es un cambio de perspectiva. Por lo general, el tiempo que pasamos con nuestros hijos está compartido con los quehaceres domésticos, las gestiones de compra o las asignaciones; así es que empecé a ver ese tiempo en el pediatra como un “mommy and me day”; sin competir con el celular, la lavadora o la transacción de pago en la caja registradora.

El cambio de perspectiva lo es todo. Si tú te diviertes, podrás hacer que tu hijo la pase bien, incluso si está enfermo. ¿Por qué? Porque tendrá lo que más aprecia: tu atención indivisible. Va a disfrutar al tener a mamá o papá toda la mañana o toda la tarde para mimarlo, hacerle cuentos, cantarle canciones y participar en sus juegos favoritos.

¿Qué necesitas hacer para lograr transformar la visita al pediatra en el día más divertido para tus nenes? Todo empieza por preparar con anticipación un kit de emergencia y dejarlo en un lugar accesible o incluso en el carro. Aquí te sugerimos algunas ideas que te ayudarán a elegir los artículos de tu propio kit:

Reserva algunos cuentos exclusivamente para leerlos en el pediatra, de modo que sea una sorpresa para el niño. Si olvidaste los cuentos, utiliza una media o bolsa de papel como títere. Invéntate tu propia historia o recurre a los cuentos tradicionales de tu infancia.

cuento leer WM

Hasta a los más chiquitines les entretiene colorear y practicar trazos. Incluye en tu kit un libro de colorear que el niño no utilice en casa y tres o cuatro crayolas para que ambos pinten.

Un solo empaque de plasticina alcanza para construir una ciudad completa. Si olvidaste llevar cuentos, úsala para moldear los personajes de tu historia. Si tu nene ya está en preescolar, aprovecha y forma los números o las figuras geométricas. Esta actividad estimula sensorialmente al niño y le ayuda a desarrollar la motricidad fina. Además, amasar y comprimir una bola de plasticina puede ayudar a mamá y papá a relajarse y mitigar el estrés de la espera.

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Soplar burbujas de jabón es una actividad que puede distraer al pequeño del malestar que tenga. Es estimulante para el niño y relajante para ti.

Un poco de crema te servirá para darle a tu hijo un masaje en los brazos o en los pies. En caso de que el niño rechace el masaje o tenga fiebre, deja esta actividad para otra ocasión.

Aprovecha la privacidad para tararear o cantar una nana en voz baja, mientras meces al niño. Esto lo ayudará a relajarse o incluso tomarse una siesta. Si la visita al pediatra es de rutina o no obedece a ningún padecimiento serio, quizás tu nene esté de buen humor y se anime a jugar a ‘gigantes y enanos’. En última instancia, pon música en tu celular en volumen bajo y diviértanse bailando.

Si tus visitas al pediatra incluyen más de un niño, asegúrate de empacar algunos juguetes adicionales. Si tienes un nene grande, te sorprenderá cuán interesado puede mostrarse en planificar su próximo cumpleaños. Ayúdalo a que se imagine su fiesta con lujo de detalles y que te hable de los invitados, los personajes, las actividades, los regalos, el bizcocho y los entremeses. Te garantizo que te tomará cerca de media hora planificar todos los detalles. Recuerda que aunque falten varios meses, los niños pequeños todavía no tienen una noción exacta de cuán lejos está su cumpleaños, así es que accederán con gusto a hablar del tema.

Mientras estés en el consultorio, como medida de higiene, recuerda lavar las manos de tu hijo con frecuencia. Cuando llegues a casa, desinfecta bien los artículos de tu kit de emergencia y dejarlos fuera del alcance del nene, para que sigan siendo algo especial. En el caso de la plasticina, quizás tengas que desecharla y sustituirla por un paquete nuevo.

Empaca suficiente merienda y agua para tus hijos ¡y para ti! No es necesario que, encima de enfermos, también estén hambrientos. Es muy posible que tarde o temprano termines por sucumbir a poner una película en la tableta o el celular, pero es mejor que esperes hasta lo último, cuando ya hayas aprovechado al máximo ese tiempo para estrechar los lazos con tu hijo y se te hayan acabado los recursos de tu kit de emergencia.

comida pediatra

 

NOTA: Este escrito es original de Kirine Báez-Rossi para Quehagoconlosnenes.com como una colaboración. No hemos recibido ninguna remuneración por la publicación del mismo. No es permitido copiar, distribuir, transmitir, o reproducir ni este blog ni sus fotografías sin obtener la autorización previa de Quehagoconlosnenes.com. El mismo puede ser compartido a través de redes sociales siempre y cuando se incluya un enlace al blog original. Kirine Báez-Rossi es periodista especializada en educación y crianza y autora del libro Aventuras y novatadas de una madre primeriza. Puedes contactar a Kirine a través de su página de Facebook: Aventuras y novatadas de una madre primeriza o escribirle a publicacionesparamama@gmail.com