Por Brenda Reyes para Quehagoconlosnenes.com

¿Te has preguntado alguna vez si le has enseñado a tus hijos lo privilegiados que son de poder dar?

En días recientes y durante nuestra corrida mañanera, mi vecina me comentaba sobre un incidente del día anterior con la mayor de sus pequeñas (3 años).  Resulta que al salir de una cita médica vio a una persona sin hogar buscando entre la basura del consultorio médico que había visitado.  Horrorizada, entró de vuelta a la oficina y le pidió de favor a la secretaria que llamara a alguna entidad para que se hiciera cargo del hombre.  Las empleadas hicieron caso omiso.  Mi vecina, quien es norteamericana y habla poco español, abrió el bulto de su hija mayor y le ofreció al hombre dos paquetes de meriendas.  La niña enfurecida le cuestionó el acto, pero cuando ella le explicó, accedió a regalarle sus meriendas.  Como recompensa le compró un helado por su “desprendimiento”.

En mis años escolares pertenecí a un club que se llamaba CCA (Comunidad Compartiendo Amor).  La participación era requisito de graduación.  Sin embargo me encontré sirviendo 4 años consecutivos ya que le agarré el gusto a dar.  Fue ahí que se sembró en mí la semilla de dar.  En la Universidad participé de un club católico de servicio, allí trabajé con niños de “housing projects” dándoles tutoría.  Estos niños no tenían padres con grados universitarios y lo que es peor, muchos llegaban de la escuela a la casa a prender el televisor y pasaban la tarde solos.  Hoy día coordino la campaña de recaudación de fondos de mi oficina y patrocino varios esfuerzos que van desde los animales callejeros, pacientes de cáncer hasta niños desamparados.  A mis hijos los he ido introduciendo poco a poco en el mundo del servicio y la filantropía.  La Navidad pasada hicimos unas cajas para Operation Christmas Child y gozamos de lo lindo preparándolas.  Los nenes fueron a entregarlas conmigo y recibieron sellitos y dulces por su generosidad.  Ellos donan dinero todas las Navidades en las alcancías del Salvation Army y ¡me piden dinero tan pronto escuchan la campana! Recientemente, la escuela les envió una alcancía para recoger dinero para Haití y ellos orgullosos dieron de sus sobrantes de merienda y llevaron la alcancía a los vecinos.

Debo confesar que en mi casa la filantropía no era un asunto importante mientras crecía.  Recuerdo a mis padres donar ropa, zapatos y alimentos durante los desastres naturales y ofrecernos dinero para donar en la iglesia, pero ellos nunca se involucraron con una causa específica.  Sin embargo, yo he adoptado varias causas a través de mi vida y he comenzado a involucrar a los nenes en ellas.

Aquí algunas guías a modo de consejo que te serán útiles para iniciarlos en el mundo de la filantropía:

Adopta una o varias causas que sean importantes para ustedes como familia: Yo amo a los animales, especialmente los gatos, por ende cualquier organización legítima que los ampare, alimente y fomente su adopción tiene mi respaldo.  Tengo amistades cuyos familiares han fallecido de una enfermedad específica como cáncer o Alzheimer y apoyan a estas entidades.

  • No tienes que aportar monetariamente: Si dar dinero no está en tus posibilidades, apoya regalando tu tiempo.  Para muchas entidades el voluntariado es vital, ya que reduce sus gastos operacionales, por ende pueden rendir su presupuesto y ofrecer más servicios. Organizaciones como La Fondita de Jesús, reciben personas quienes ayudan a servir la comida a las personas sin hogar.
  • Ofrece aportar a una entidad en el día de su cumpleaños: Si tus hijos tienen de todo, puedes pedir (a quienes te pregunten o a tus allegados), que hagan una aportación a la entidad seleccionada por ellos. De igual forma puedes ofrecer un pareo de dinero a tus chicos si ellos se deciden por esta opción el día de su cumpleaños.
  • Combina tus habilidades con la causa: He corrido carreras cortas (5K) para recaudar fondos para cáncer de mama, leucemia, fondos de becas, etc.  Me alegra saber que mi aportación monetaria llega a una buena causa mientras ejercito mi corazón.  Hay dualos, trialos y juegos deportivos en los cuales podemos participar mientras ayudamos a una noble causa.  Puedes hornear para una venta de recaudación de fondos al igual que cocinar. ¡Es cuestión de ser creativos!
  • Busca información sobre las causas que a ellos le llamen la atención: Hace varios años una joven a quien conozco, -Cecilia-, encontró un dato sobre la falta de potabilidad del agua en África y cómo esto le costaba la vida a miles de niños anualmente.  Hoy día tres maravillosos jóvenes, Carlos, Cecilia y Nicole, lideran la entidad Project H2O Help to Others y en el proceso han recaudado fondos, viajado a África a llevar los filtros de agua que se necesitan y comenzado un proceso de concientización, evaluación y educación ciudadana sobre la problemática del agua en Puerto Rico.

Esta en tus manos sembrar la semilla de la responsabilidad social y la filantropía en tus hijos.  Puede ocurrir de forma planificada como surgir de un momento espontáneo, como le pasó a mi vecina.  Es un proceso sencillo, pero una vez adquirido, ¡es un hábito de vida!

Pregúntate: ¿qué es lo que me motiva a mi y a mi familia?, por ahí es que debes comenzar

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