Llega el día de Acción de Gracias: pavo, pastel de calabaza y unas palabras de agradecimiento para coronar la ocasión será el menú en la mayoría de las mesas.
La gratitud es una virtud que adorna la vida de cualquier niño y la festividad que se avecina nos da la oportunidad de ayudarlos a cultivarla de diferentes formas. Una de ellas es motivar a tus hijos a llevar un diario de gratitud.
Tengan una libreta especial.
Para empezar, consigue una libreta y deja que tus nenes la decoren a su gusto con pegatinas, escarcha o cintas de colores.
Cada noche, antes de ir a la cama o mientras comen la merienda de la tarde, repasa con tus hijos los eventos del día. Luego anoten aquellos que los hicieron felices o de los cuales aprendieron nuevas destrezas.
Si aun no saben escribir, hazlo por ellos y copia lo que los nenes te expresen. Los niños podrían añadir algún dibujo que represente sus pensamientos y luego colorearlo, para que también participen del registro.
Si ya saben agarrar el lápiz, puedes resumir sus ideas en una frase corta y dibujar las palabras en líneas entrecortadas para que ellos tracen las letras con su propia mano. De esa manera aprovechas para incentivarlos a practicar la caligrafía.
Compartan el diario: Algo que le añade emoción es que los padres participen. Por ejemplo, en la página izquierda mamá o papá anotan aquellas experiencias por las cuales están agradecidos y en la derecha se escriben las de los nenes.
Te pueden sorprender: A veces los niños nos asombran con sus respuestas. Quizás los llevaste al cine y te dicen que lo que más les gustó fue jugar con el perro que vieron en el estacionamiento. Cuando eso ocurra, respeta sus sentimientos y limítate a poner sus ideas por escrito.
Den gracias por todo: A veces nos toca vivir unos días en que todo parece andar mal. Aprovecha esas ocasiones para explicarles que los malos momentos nos ayudan a desarrollar buenas actitudes como, por ejemplo, la paciencia.
Si hoy perdieron su peluche favorito, estimúlalos a recordar todos los momentos divertidos en que jugaron con él. Si estuvieron enfermos y tomaron una medicina de mal sabor, ayúdalos a apreciar el hecho de que tenían los recursos para comprarla y recuperarse con mayor rapidez.
Eviten la culpa: Siempre habrá alguien que esté peor que nosotros, pero no es recomendable que hagas que los chicos se sientan culpables por lo que ellos tienen y a otros les falta, para que lo valoren.
Aprecien lo simple: Habrá ocasiones en que tus hijos te dirán que no recuerdan nada especial digno de mencionarse. Ahí es donde tú entras en acción. Ayúdalos a entender que podemos dar gracias por cosas tan sencillas como que: “Mamá me dio un abrazo” o “tuvimos un día soleado”. Bendiciones que damos por sentadas porque las tenemos todos los días, pero que extrañamos cuando están ausentes.
Más allá del pavo: Una investigación que realizó la Universidad de Berkley demostró que los niños que practican la gratitud experimentan más emociones positivas y se sienten más satisfechos con sus vidas. Así mismo, innumerables estudios científicos demuestran que las personas agradecidas son más felices y entusiastas, tienen menos ansiedad y duermen mejor. Así es que anímense a continuar con el diario por el resto de este año y del venidero, para que sean más felices como personas y como familia.