¿Recuerdas tu infancia? Yo tengo gratos recuerdos de cuando era una niña. Me encantaba jugar con mis primos y era muy flexible. Practicaba ballet y gimnasia, que eran las clases que se ofrecían en la época.  Nunca estaba quieta y confieso que tenia graves problemas para no distraerme. La curiosidad por aprender y conversar ha dictado las pautas de mi vida, pero no eran muy bien recibida por mis maestros.  Cuando mi hija mayor era pequeña, la matricule en ballet y movimiento creativo, ya que era bien curiosa y necesitaba ayudarla a canalizar sus energías.

Llegue al yoga hace más de 20 años, cuando estaba embarazada de mi hija del medio. Tengo problemas en las vertebras cervicales debido a un accidente de auto y también tenia el famoso brain fog que les da a las mujeres embarazadas. Mi embarazo era alto riesgo, por lo que no podía correr o hacer ejercicios en un gimnasio, algo que acostumbraba desde joven e hice en mi primer embarazo. Me encanto el yoga y me enamore de la práctica durante mi periodo de gestación. Me ayudaba a concentrarme, a respirar para aliviar tension y a relajar mi cuerpo a través de una práctica gentil.

Hace un tiempo decidí certificarme como instructora de yoga, ya que enseño otras modalidades de ejercicio. Pero la niña y la mamá decidieron que era hora de poner en práctica mi experiencia y ahora soy instructora para niños.

Si te has preguntado cómo puede beneficiar el yoga a tu chico o chica, puedo hacer una lista interminable. El yoga ofrece multiples beneficios a quienes lo practican. La palabra yoga se deriva del sanscrito y significa union.  Es importante recalcar que el yoga NO es una religión, si no una disciplina para cuidar de nuestro cuerpo físico, nuestro cuerpo espiritual y nuestra mente. La práctica del yoga fomenta concentración, ayuda a desarrollar balance y fuerza física y nos ensena a conocer nuestros cuerpos.