Los principales desafíos ambientales en Puerto Rico son: (1) el cambio en el uso de la tierra, (2) la resiliencia y adaptación frente al cambio climático, y (3) la gestión integral de los residuos sólidos.

En cuanto a las dos primeros desafíos, denuncias públicas comunitarias y por parte de grupos ambientalistas se han hecho cada vez más frecuentes.  Ecuchamos y vemos imágenes que nos muestran como sitios destinados para la conservación, o para el bien público, han sido acaparados de manera ilegal para la realización de complejos turísticos o residenciales privados, transformando así, por ejemplo, áreas de manglar que brindan servicios como sumideros de dióxido de carbono (gas de efecto invernadero) y protección contra inundaciones o fuertes oleajes, que son cada vez más constantes según el último informe de cambio climático; zonas marítimo terrestre invadidas que inciden en la extinción de especies así como otras tantas tragedias ambientales que cada vez son más recurrentes.

Frente a la problemática de los residuos sólidos también durante los últimos años se han vuelto más recurrentes las noticias relacionadas a lo que sucede en Puerto Rico dándonos aviso de una próxima emergencia sanitaria dado que, de los 29 vertederos autorizados en la isla (sin contar los botaderos clandestinos dispersos, 18 de ellos no cumplen con las normas ambientales que protegen la salud pública.  De estos 11 ya cuentan con orden de cierre por mal manejo.  Por último, según la EPA los 29 vertederos mencionados sólo tienen una vida útil hasta el 2023 dejando a la isla sin una solución sostenible en el tiempo.

El problema sanitario de las basuras desencadenaría diversas situaciones complejas para Puerto Rico que son extensas de explicar.